En este último año se han registrado más de 260 negocios nuevos, un ritmo cercano a uno diario, y aunque muchos de estos deben enfrentar la prueba de fuego por la que pasa un emprendimiento en cualquier parte del mundo, ese promedio de aperturas es un buen indicador, de acuerdo a los expertos financieros de la localidad, que toman en cuenta todos esos aspectos.
Tal vez muchos emprendedores no lo saben, pero los primeros dos años suelen ser los más difíciles para los negocios, pues en ese proceso de darse a conocer para establecer una clientela, además de superar otras pruebas económicas propias de esa primera etapa, y si bien algunos comienzan con ganancias inmediatas porque se distinguen de los demás, una buena ubicación, precios accesibles o algunos de los otros aspectos, la realidad es que la mayoría debe tener tanto el capital como la resiliencia para superar esa fase.
Obviamente muchos de los negocios que abren no van a prosperar, pues incluso los empresarios de alto nivel han fracasado en algunos de sus emprendimientos, ya sea en su fase de novato o con gran experiencia, pues lo normal es que el éxito llegue después de algunos fracasos y haber aprendido de ellos, pero también, de no haberse rendido y volverlo a intentar.
Sin duda tiene un gran mérito aventarse a una aventura de este tipo, y justo el segmento de emprendedores neolaredenses, quienes han mantenido ese motor económico de la ciudad funcionando, especialmente después de la pandemia, cuando se encendió una chispa muy particular.
Y es que por años nos acostumbramos a comprar una enorme cantidad de nuestros productos de uso diario en el lado estadounidense, pero cuando el covid-19 fue motivo del cierre de los puentes internacionales a los mexicanos con visas de turista, volteamos a ver el comercio local y, desde entonces, comenzó una racha de emprendimientos locales que se ha mantenido, claro, con sus altibajos, pero en un ritmo que se destaca de la época anterior al 2020.
A pesar de que se creía que ese bum en el comercio local sería un efecto temporal, una vez que se reabrieron los puentes internacionales, esta tendencia siguió, claro, hay varios aspectos que continúan influyendo, pero de manera general, hay ánimo de poner un negocio propio, generando constantemente empleos directos e indirectos, así como ofrecer nuevas opciones en una serie de productos y servicios de la localidad.
